Conocí a una mujer que me
enseñó la grandeza de la vida
Una mujer que llenó mis noches
de bendición
Una quien siempre me dijo, que
yo era primera, segunda y tercera
Una a la que vi llorar de
impotencia, pero su valor y fortaleza pudo más
Una que reía al verme reír, y
renegaba cuando yo era pata de perro
Una que me decía las cosas tal
cual le salían del alma
Una que prefirió cargarme en su
hombro en vez de regalarme al olvido
Una que me enseñó ser quien
soy, y me regaló lo mejor de ella, su ser
Una que en su forma me decía lo
mucho que me amaba y que con el tiempo logré entender
Una a la que admiraba cuando la
veía en aquellos tacones, falda y blusa de seda, tanto que terminé copiándola
Una que me regaló los mejores
años de su vida, del cual le estoy
agradecida
Una que me dijo que no pierda
el tiempo con pormenores, que en cambio sea feliz
Una quien me dijo, déjate engreír,
y no temas
Una quien me enseñó no odiar, diciéndome
siempre, que tenemos un Dios justo
Una quien me soportó aun cuando
hacía pataletas de niña malcriada
Una que me engreía dándome lo
mejor, aun cuando mi cara de poto estaba presente
Una que me regaló hermanos como buenos amigos
Una que me enseñó lo importante
que es ser familia
Una quien me cacheteó por ser
oreja de palo, pero aprendí
Una quien se sacrificó por
darme lo mejor, aun cuando ella se quedaba sin nada
Una que me enseñó a ser mujer,
una dama, no solo parecerlo si no también serlo
Una que estuvo y está en todos
mis momentos, como madre, compinche,
pero sobre todo
REMS
Te amo RASO
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