Cuando estoy cerca de ti puedo sentir que los años han pasado para mi, me confundo, me entristezco, me lleno de preguntas, de pronto de miedos.
Entonces me abrazas, me das un beso en la frente; sonríes - mirándome directamente a los ojos- y lo dices: te amo, te amo mucho.
No sé si correr o solo quedarme, precisamente en el mismo lugar.
En ese momento pienso lo afortunada que soy de tener a un ser maravilloso como tú, y es que contigo también siento alegría, disfruto, bailo, canto.
Soy feliz cuando acaricias mi mano, cuando me abrazas acercándome lo más que se pueda a tu pecho, cuando tus ocurrencias se presentan para solo morir de risa.
Eres especial, y por eso te quiero.
La vida no siempre ha sido buena, no conmigo, una lucha constante de salir adelante, de crecer, de perdonar, de sanar…
Hoy, hoy solo quisiera poder estar a tu lado, sentir tu calor, tu amor, a ti.
No siempre soy fácil de entender, y es que he pasado por tanto que abrirme, me cuesta.
Lo siento, no quiero lastimarte, solo que … todo yo tiemblo, aún cuando lo único que busco, es ser feliz.
Dices que soy la mujer perfecta, que quieres una vida conmigo, que no es un “quizá og alguna vez” si no un “cuando” cuando seamos novios, cuando seamos esposos; una simple palabra que muestra la seguridad de que esto es para siempre.
De la forma que sea, confía en mi, que acá estaré mientras sienta que tu corazón grita fuerte mi nombre.
Mientras tus manos toquen mi cuerpo como lo más extraordinario que pueda existir, mientras busques mis labios por la mañana, tarde, noche, hasta el amanecer; mientras seas tú, no iré a ninguna parte.
Así que búscame, acá estaré hasta dejar de respirar…
REMS
(Foto privada)
