Cosas que
pasan por la cabeza, atormentado tu momento feliz, sin dejar que se disfrute de
la vida, del amor, del placer. Se ha pasado tanto que no se entiende como hasta
ahora, llegaste a conocer la dulzura de un rostro extraordinario.
Una sonrisa
que calma tu alma, y esos dolores que el corazón ha acumulado durante tantos
años. Te preguntas si todo es verdad, y es que es difícil pensar, creer que
alguien pueda amarte tan delicadamente, viendo o sabiendo que alguna vez
alguien o algunos te trataron como la peor escoria que pudiese existir. El
abuso que llega a formar heridas que jamás logran en su totalidad sanarse, pueden
realmente acabar con la vida; sin embargo llega lo inexplicable, lo real, lo mágico,
y eres feliz. Muchos de los temores no se han ido, probablemente jamás logren
desaparecer, aunque te dices a ti misma, no ahora, no más.
Deseas
vivir, sentir, amar, conocer de ese mundo al que llaman verdadero amor.
Escribiendo con la imagen de aquel rostro que logra tanto en ti, una sonrisa,
una mirada que penetra la piel, esa caricia que hace sentir la belleza que
pensaste habías dejado de lado. Un aroma susurrando te amo, te quiero, mucho,
grande, ese momento se llama felicidad.
Tú eres mío
y yo soy tuya, dice. El amor cuando es real se siente maravilloso, lo que
tenemos es único, es fantástico, es nuestro. Debería ser perfecto, y lo es, y
es que esas frases son precisamente las que solemos querer escuchar, las que
nos permiten soñar, las que nos dan vida.
Que nada de
esto desaparezca, que el camino que se tenga que seguir - sea de la mano, que
nada logre detener lo que se está formando. Que esto sea de hoy, mañana y
siempre.
REMS
