Marie
Hoy pensaba en mi pasado, en eso que me ha
llevado algunas veces a vivir un infierno, y otras en la que me ha regalado
momentos para poder sentirme totalmente feliz. Ya han pasado tantos años desde
la última vez que lo vi, aun así, lo recuerdo de tal manera como si lo viera en
este preciso instante. No puedo negar que el corazón me duele, y que las
lágrimas se me caen. Por más que trato de contenerlas, no lo logro.
Fui como un ave, libre hasta no poder.
Nadie me decía lo que tenía que hacer, porque todos sabían que lo hacia lo haría
de tal forma, que no perjudicaría a nadie. En todo caso la única que podría
salir perdiendo seria solo yo. Tantos errores he cometido, sin embargo a veces
siento que no fueron lo suficiente para haber aprendido la lección. Esa a la
que llamamos lección de vida.
Miro a mi alrededor, y me encuentro
conmigo misma, una mentira llamada realidad. Mi realidad, una a la que la he
basado en nada. Me estoy muriendo, esa es la verdad, y no encuentro palabras
para decir cómo me siento, porque como me siento, ya no existe.
He creído en tantas cosas, personas, el
amor, pero en mí, en mi jamás creí. Cuando pienso en ello, sufro, porque fui yo
misma quien busco vivir así. Nunca pude cambiar mi forma, mis cosas, mis
secretos, mis pasiones, mis tonterías, a mí. No sé si en algún momento quise
realmente cambiar, en todo caso jamás lo logre. Estoy llena de fracasos, de
penas, de dolor. Cosas que llevo en el corazón por tantos años y supongo que
los llevare hasta el día de mi muerte.
No sé cuándo pasara, esa forma física se
acabara, pero lo que si se, es que lo que llevo dentro, eso ya está en su
último momento. Siento que nada funciona. Siento que no puedo más.
Lo he dejado, no quiero que me vea así, no quiero que sufra, ni
que llore al ver que no puedo ni abrazarlo. Me siento débil, sin fuerzas, sin
ilusiones, lo extraño. Me imagino lo que hace, entonces sé que le hago falta.
Lo lamento, lamento no estar ahí, lamento no poder besarte, abrazarte, ni
decirte cuanto te amo.
No puedo hacer nada, me estoy muriendo,
todo ese infierno que he vivido ahora quedara en el pasado, y aun cuando ahora
mismo pienso en ello, sé que es tarde. No tengo oportunidad, mi vida se ha
terminado. Pensar en ti es como tener un cuchillo en el corazón, quisiera
cerrar los ojos, y ya no verte más, quisiera no pensar, no sentir, no desear,
quisiera no soñar porque sé que me estoy muriendo, y ya de nada vale soñar
cuando ninguno de esos sueños se hará realidad.
Mi realidad es estar sola, sin nada, sin
nadie. Así nací, así me moriré. He pasado por tanto y he vivido tan poco, que
puedo decir que un día más en esta cama es una pérdida de tiempo, no la soporto
más. Ya no quiero vivir así. Esto no es vida, hace mucho que deje de tenerla.
Cuando vivía con él, creí que me amaba,
pero comprendí que jamás me vio como yo lo vi a él, comprendí que no importaba
lo que hiciera, él jamás me daría lo que yo le daba a él, sin embargo sé, que
me necesita, porque sólo es un inútil. Me preocupo por él, no quiero hacerlo,
tampoco puedo evitarlo.
Quiero odiarlo, porque fuiste él quien me
llevo hasta acá. Sé que no lo dejan entrar, es lo que he pedido, jamás me veras
así, jamás dejare que se ría en mi cara nuevamente, jamás dejare que me hiera,
porque ya fue suficiente, déjenme morir en paz, déjenme vivir lo último que me
queda conmigo misma, y no me lleves a tu infierno otra vez, necesito pensar que
no existes, que fuiste un mal sueño y que ahora que desperté, solo regrese a lo
profundo de mi alma para morir, sin ti.
Hace unos días te escuche gritar, llamaron a los de seguridad, y
te sacaron a la fuerza, yo echada en esta cama, llorando por no poder hacer,
pero que podría hacer, si ni siquiera puedo moverme, decía su nombre y sin
embargo solo ella me escuchaba, ella quien me pregunto si quería escribir a través
de sus manos. Pude ver cómo me miraba, no era con esa lástima que ya estaba
cansada de ver, esa con la que muchos entraban a verme y de pronto solo
causaban en mí, las ganas de morir mucho más rápido. Con ella, con ella pude
ser yo, y decir a través de un papel, que tengo odio, odio de todo, odio de la
vida, odio del amor, odio de lo que fue y de lo nunca será.
Sé que dejare de extrañar, nunca creí que exista una vida después de
esta que tenemos que vivir. Siempre me gusto viajar, pero este tipo viaje, hoy
me asusta, no quiero ni verme al espejo, porque sé que nada de lo fui ha
quedado. Soy un fantasma, sin embargo ella, ella me mira como una realidad. La
observo, ella es esa mano, esa que escribe mi sentir, veo que me entiende. Le pedí
que no me hable, que me dejara hablar hasta cansarme, no le escuche decir ni
una sola palabra, no me interrumpió, ni siquiera para decir si era verdad
alguna de las cosas que decía. Ella cree en mí, y sé que me en mis ojos, lo que
nadie nunca vio. Mi alma, mi yo.
Recuerdo mi infancia, era alegre, juguetona, mis padres me engreían
hasta ya no poder, mis hermanos que eran mayores que yo, me cuidaban como a una
hija, no dejaban que nadie se me acercara, y menos que me lastimaran. Pero con
el tiempo, me aleje de ellos. No sabía cómo mirarlos, pensaba que juzgarían mis
actos, y no tenía ganas de escuchar reproches, viví por muchos años como me dio
la gana. Lo que la gente decía, me importaba nada, era libre, sí que era libre,
pero ahora, ahora me siento aislada, ya no puedo más, ojala alguien me ayudara.
Necesito descansar.
No le he preguntado su nombre, sé que me lo dijo, pero lo olvide,
se ve una chica dulce, y ahora vuelve a mirarme, le trato de sonreír, pero no
creo que ella no lo note. Me veo horrible, flaca, desalineada, con un olor a
muerto que ni yo soporto.
Necesito creer que él y que mis hijos estarán bien, no sé de
ellos, la última vez que los vi, ellos reían, y entonces me fui, sabiendo que
eran felices. Hoy sé que preguntan por mí, puedo imaginar que me odian por
haberme ido, pero que más podía hacer, dejar que me vean así, no era lo que quería.
Sé que algún día me perdonaran, y que algún día, ella, mis manos, les enseñara
mi escrito, en donde les pido perdón por no haber estado con ellos todo este
tiempo, pero en donde les digo con todo mi amor, que los amo más que a nadie en
la vida. Pero ahora es tiempo de irme, me voy pensando que están bien,
No importa en tiempo, ni el lugar, lo que paso ya paso, y lo que
tengo que es una muerte segura, me pertenece. Quédate con todo, con eso que
formamos juntos, quédate con mis hijos, porque ellos son lo único bueno que
hice, quédate con mi amor, porque ese fue sincero y real. Pero no te quedes
conmigo, porque yo, yo ya estoy muerta.
FIN
Autora: Liza Sánchez
Sub-Género: Dramático- Melodrama
26.02.14
Esta historia está basada en la vida de una mujer que uso mis
manos como si fueran de ella. Gracias Marie, gracias por ver que podías confiar
en mí. Si note que me sonreías…
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