sábado, 18 de mayo de 2013

”Min dejlige blomst”

Mi encantadora flor, me llamaste todo el día. Sonreías mirándome a los ojos, y tratabas de que tu día fuera diferente.
Veía como te avergonzabas por llamarnos tantas veces, querías orinar y tu sola no podía levantarte.
Me pedias que te dejara el mismo pañal puesto, pero este estaba mojado y tenía que cambiarse, no lo querías porque sentías pena de molestar.
Mi dulce viejita, no tienes de que avergonzarte, te dije repetidas veces. Yo estaba ahí para ayudarte y lo hacía con mucho amor.
Como reías cuando decíamos algo casual. Como cogías mi mano y me decías min dejlige blomst, tú eres la flor y no yo. Tu una dulce viejita. Tan sola, tan triste de ya no poder ser tú. De no ser quien fuiste.
Me dijiste que tenías miedo de ir a casa porque ahora estarías sola, vi como tus lágrimas querían caer, de pena, dolor, vergüenza. Mi corazón se encogía, solo podía mirarte a los ojos, coger tus dulces manitas y decirte que no te preocuparas.
Pienso en ti, y ruego a Dios que no estés sola. Si ya estás en casa, espero alguien te cuide y te dé el mismo cariño que tu sueles darle a los demás.
Gracias por tu sonrisa, tu cariño y tus palabras. Dios te bendiga Berit

REMS

(Mi linda flor)

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