viernes, 21 de mayo de 2021

Mira- Reflexión

 La vida, sus sorpresas y enseñanzas. Todo, un paquete completo. Hoy estamos, mañana quizá, de pronto no. La voluntad cuando no es terrenal, es perfecta. Ser ciego aún cuando la nitidez es como el agua. Para que esperar, si solo es un momento, uno tras otro, buscando alcanzar razones para brillar, de pronto soñar, sin mirar al lado, solo creer que todo se puede aún cuando las fuerzas parezcan haberse acabado. Por qué dejar pasar, si todo eso está delante de ti, es ahora, no mañana, abre tu corazón, no lo dejes morir. Respira, roza con tus suaves manos, su rostro. Mira en el tiempo, y no desesperes. No todo tiene respuesta y no todo necesita ser demostrado. Basta con que tú lo entiendas. 

Risas, alegrías, ganas de ser lo que crees has olvidado. Sigues siendo tú, con el cabello arreglado, el cuerpo saciando sus deseos, el alma, tratando de sanar. Para qué despreciar el tiempo, si es exactamente eso, que logra darte la oportunidad de salir al frente, olvidar el orgullo, aplaudirte con esmero, abrazarte con cariño. Mira, que a los lejos te dice, no te he olvidado. Sigo acá, esperando por ti, y mientras te decidas, te cuido. Abre bien los ojos que sin darte cuenta notarás aquel aire suave removiendo tu cabello, con alboroto con desenfreno. Pero ahí estará y entonces, la prisa de elegir será la oportunidad de lo que llaman eternidad.

Viviste, ya pasó, no más aflicciones, rencores, dolores, para qué? Dale tu corazón, que con amor interminable lo recibe. Las dudas aparecen. Que la esperanza gane. Y que en todo tiempo, ame el amigo como un hermano, porque de esa manera entenderás, lo que es hermandad. Mira, el amanecer llega pronto, y con ella, un nueva motivo para volverlo a intentar. No dejes que pase. Un día más, un día menos. Y cuando abras los ojos, te des cuenta de lo ilógico que fue, será tarde. Y entonces pedirás, un chance más. Y no lo habrá. Porque todos los que tuviste, fueron desapercibidos. Con todo fue lo que tú corazón deseó.

Ahí, ahí mismo está, esperando por ti. No grites, habla. Te conoce, te escucha. Con el deseo anhelado de que sientas su calor. Pronto llegará, afanarse no ayuda en nada. La fe mueve montañas y la preeminencia del amor logra el absoluto. Mira y valora. No juzgues, agradece. La consecuencia de nuestros actos dependen de uno mismo. No voltees, el sendero es recto y te llevará a la meta. Goza de la plenitud. No hagas caso de los rumores. El que te quiere, desea el bien, el que no, que siga su camino. Busca y lo encontrarás. El amanecer le encanta. 


REMS

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